Ética y reprogramación celular: cuestiones éticas después del descubrimiento de las células iPS

La reprogramación celular nos permite convertir cualquier célula del cuerpo en una célula madre. Éste descubrimiento sorprendió a muchos científicos y cambio la manera de pensar sobre como se desarrollan las células. Ha cambiado también esta nueva tecnología las discusiones éticas sobre la investigación con células madre? Que nuevas cuestiones han surgido?

La utilización de células madre embrionarias (CME) humanas con fines terapéuticos o de investigación es objeto de debate debido a las implicaciones éticas del uso de embriones humanos. En 2006, se desarrolló un método para inducir la transformación de células de la piel y de otros tipos en "células madre pluripotentes inducidas" (células iPS), que tienen capacidades parecidas a las CME.

¿Seguimos necesitando las CME? ¿Deberíamos usar las células iPS, en lugar de las CME, para evitar los problemas éticos? ¿Cuáles son los problemas éticos planteados por las células iPS?

Los tratamientos basados en células iPS posiblemente requieran modificar genéticamente las células del donante: ¿es esto aceptable para el donante?

Quedan todavía muchas preguntas sin responder sobre el funcionamiento de la reprogramación celular y el grado de semejanza o identidad entre las células iPS y las CME.

Los investigadores consideran que tanto las células iPS como las CME son importantes para comprender cómo las células madre crecen, se reproducen y dan origen a células diferenciadas.

La investigación sobre las CME ha hecho posible el descubrimiento de las células iPS y ha contribuido en gran medida a la comprensión de su funcionamiento. Por otro lado, las células iPS abren nuevas perspectivas sobre la capacidad natural de las CME de regular la pluripotencialidad y la diferenciación. Una mejor comprensión tanto de las células iPS como de las CME contribuirá de forma importante al desarrollo de métodos fiables de regulación de ambos tipos de células que permitan su uso terapéutico.

Una de las ventajas de desarrollar tratamientos con células iPS es que el sistema inmunitario no rechazará los trasplantes de células producidas a partir de células iPS del propio paciente.

Un aspecto problemático del desarrollo de estos tratamientos es que el procedimiento de generación de las células iPS deberá adaptarse a las necesidades y a las características genéticas de cada paciente, por lo que los tratamientos con células iPS resultarán laboriosos y costosos.

La accesibilidad de los enfermos a las terapias celulares con CME y células iPS planteará problemas prácticos. Será necesario disponer de especialistas que administren los tratamientos y construir laboratorios dedicados a la elaboración y distribución de grandes cantidades de células con fines terapéuticos.

En 2006, Shinya Yamanaka demostró que células de la piel pueden ser “reprogramadas” a células madre. Como las células madre embrionarias, estas células madre pluripotentes inducidas o células iPS crecidas en el laboratorio pueden dar lugar a todos los tipos diferentes de células que encontramos en el cuerpo. Este descubrimiento ha llevado a la gente a argumentar que la investigación en células madre embrionarias no es ya necesaria, y que las células iPS humanas resuelven el dilema ético que supone la investigación con células madre embrionarias humanas. Pero hay todavía muchas preguntas sobre cómo funciona la reprogramación celular. Muchos científicos piensan que es necesario establecer como de similares o diferentes son en realidad las células iPS y las células madre embrionarias.

¿Podemos decidir hoy si las células iPS podrían o deberían reemplazar a las células madre embrionarias? ¿Y podría el sólo uso de células iPS resolver los dilemas éticos sobre esta investigación? Para responder a estas cuestiones, necesitamos considerar aspectos morales y del entendimiento científico actual en estos asuntos: hay alguna diferencia ética relevante entre las células iPS y las células madre embrionarias?

Muchas cuestiones científicas todavía no han sido resueltas sobre las células madre pluripotentes inducidas humanas (hiPSCs) y las células madre embrionarias humanas (hESCs). Hay un desacuerdo considerable entre los científicos sobre cómo estos dos tipos de células pueden ser comparados en términos de seguridad y efectividad en futuras terapias celulares.

Respuesta inmune
Como pasa con los órganos transplantados, las células transplantadas en el cuerpo pueden ser rechazadas por el sistema inmune del paciente. Dado que las células iPS humanas pueden producirse a partir de las células del propio paciente (por ejemplo, las células de la piel), se espera que la reprogramación celular proporcione una fuente de células especializadas que, al ser específicas del paciente, sean reconocidas como propias por el organismo y, en consecuencia, no sean rechazadas. Sin embargo, la producción de células hechas a medida para pacientes individuales podría suponer un lento proceso que consumiría mucho tiempo y dinero. Muchos científicos creen que seria mas adecuada la creación de grandes bancos de células con propiedades inmunes diferentes donde poder encontrar células compatibles para muchos pacientes. Estos bancos de células podrían contener células generadas a partir de hESCs o hiPSCs.

Estándares de seguridad para células usadas en pacientes
El primer ensayo clínico usando hESCs está a punto de empezar, centrado en trastornos oculares. Todavía no se han desarrollado células iPS a nivel clínico – la calidad estándar requerida para su uso en pacientes.

Tanto las hESCs como las hiPSCs pueden autorenovarse (copiarse a si mismas) indefinidamente y esta propiedad debe ser anulada para prevenir la formación de tumores. Además, las técnicas de reprogramación celular conllevan la manipulación de los genes dentro de estas células y las hiPSCs pueden también verse afectadas por la edad de las células de la piel de las que provienen. Éstas cuestiones suponen un reto para los científicos que intentan cultivar estas células bajo condiciones controladas para su uso en pacientes. Algunas soluciones han sido propuestas para estos problemas pero una investigación más detallada es necesaria para valorar todos los efectos del proceso de reprogramación celular y producir hiPSCs apropiadas para el uso clínico. Al tratarse de células específicas de cada paciente, es difícil estandarizar el proceso. Esto significa que todavía pasará un tiempo hasta que las células reprogramadas sean aprobadas para su uso en pacientes por los cuerpos reguladores como las Agencia Europea del Medicamento (EMA) y la Administración de Alimentos y Drogas (FDA) en EEUU.

La seguridad y eficacia de las terapias basadas en hESCs o hiPSCs es un tema complejo, y aun no ha sido posible trazar ninguna conclusión sobre si uno de estos tipos celulares es más seguro o más válido para su uso terapéutico que otro. En ambos casos, es necesaria más investigación para entender completamente cómo las células se comportan y cómo pueden ser controladas para producir los diferentes tipos de células especializadas necesarios para el tratamiento de ciertas enfermedades.

Una importante consideración ética es la accesibilidad a cualquier terapia basada en células madre. ¿Para quien deberían estar disponibles estas terapias y cuando? ¿Estarán solamente disponibles para pacientes ricos en países desarrollados?, o ¿serán también accesibles para pacientes en países en desarrollo que no están en posición de pagar por el tratamiento? Parece difícil identificar claras diferencias entre terapias basadas en hESCs o hiPSCs a este respecto. Algunos puntos a considerar son:

  • Tanto las terapias basadas en hESCs como en hiPSCs necesitarían un sistema de salud bien desarrollado con la infraestructura necesaria para producir y distribuir las células, y especialistas altamente formados para manejar y aplicar los tratamientos.
  • Las terapias basadas en hESCs podrían no estar disponibles para pacientes en países donde el uso de células de embriones tempranos es visto como moralmente inaceptable. Sin embargo, no está claro todavía si estas objeciones de orden ético llevarán a los enfermos a renunciar a tratamientos que, una vez estén disponibles, les podrían salvar la vida.
  • Si se vuelve posible producir hiPSCs terapéuticamente útiles a partir de sangre de cordón umbilical o otra fuente fácilmente accesible en el futuro.

Los científicos han demostrado que las hiPSCs obtenidas de ratón pueden insertarse en el embrión murino, donde ellas pueden contribuir al crecimiento del ratón. Las hiPSCs podrían también en teoría ser convertidas en esperma y óvulos y ser usadas para generar un nuevo embrión. Aunque esto no ha sido realizado hasta ahora usando células humanas, algunas personas argumentan que es inaceptable usar cualquier célula en investigación que presente el potencial de desarrollar una nueva vida. Si las hESCs tienen un estatus moral porque pueden contribuir a formar un embrión humano bajo las condiciones apropiadas, entonces las hiPSCs deberían tener el mismo estatus moral si también pueden contribuir a formar un embrión humano. Algunos también piensan que las hiPSCs no resuelven el debate sobre el uso de células embrionarias en investigación porque la tecnología de las iPSCs fue desarrollada basada en el conocimiento obtenido de estudiar las hESCs - aunque la solidez de este argumento es discutible.

Pero si asignamos a las hiPSCs un estatus moral especial, entonces ¿deberíamos también dar este estatus a las células de la piel de las cuales estas derivan? Algunos argumentan que hay una diferencia entre que una célula pueda ser transformada usando tecnología humana, y su “potencial activo” bajo condiciones naturales, argumentando que es el potencial activo de la célula el que determina lo que célula es. Por ejemplo, simplemente porque una casa puede ser convertida en un montón de palos por la acción de un tornado esto no elimina las diferencias importantes entre una casa y un montón de palos.

Otras diferencias menos debatidas entre hESCs y hiPSCs conciernen su uso como herramientas para el análisis de fármacos y en estudios sobre enfermedades, su posible aplicación en medicina reproductiva y el impacto de la investigación en hESCs y hiPSCs en mujeres. Estas áreas no constituyen dilemas éticos del mismo calibre que los anteriores, aunque hay algún debate científico sobre qué tipo de células son más apropiadas como herramientas para el análisis de fármacos y la investigación de enfermedades.

Hay todavía muchas cuestiones científicas que necesitan ser respondidas antes de que cualquier juicio final pueda ser establecido sobre si las hiPSCs podrían o deberían eventualmente reemplazar a las hESCs en la investigación y terapias futuras. Muchos científicos están de acuerdo que se necesita una investigación más a fondo en ambos tipos de células en paralelo.

Las diferencias más debatidas entre las terapias basadas en hESCs y hiPSCs son las concernientes a la seguridad del paciente la efectividad de su uso en tratamientos, las posibilidades de estandarización, su accesibilidad a un gran número de pacientes y la controversia ética sobre el estatus moral de las células. Todos estos asuntos son éticamente relevantes y ninguno puede ser todavía contestado definitivamente. La investigación en ambos tipos hESCs y hiPSCs están en rápido desarrollo y según el marco científico se desarrolla, las implicaciones morales de las diferencias tanto científicas como éticas entre estas células deben ser evaluadas.

Los contenidos de esta ficha técnica fueron creados por Kristina Hug. La versión Web del texto fue elaborada por Zara Mahmoud, revisada por Emma Kemp y repasada por Kristina Hug y Göran Hermerén.

Traducido al español por Maria Barreira Gonzalez.

Imagen principal © iStockphoto.com/marekuliasz. Imagen de fibroblastos por Tilo Kunath. Colonia de iPS por Daniela Evers del Institute of Reconstructive Biology, University of Bonn.